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Despues de mas de treinta años

desgastando clicks entre mis dedos,

en estos momentos solo puedo decir que me sigue emocionando el tacto del disparador, que sigo queriendo aprender cada día un poco mas y que en cada fotografia intento poner un granito de todo lo aprendido.

 

La magia de los instantes, de los momentos vividos en cada sesión, del respeto hacia quien posa y también para quien mira. 

 

La búsqueda incansable de esa luz que transforma todo lo material... la belleza infinita de esa luz.

 

Y a pesar de tanto tiempo pasado, me sigo asombrando de la riqueza infinita que la fotografía le sigue transmitiendo a mi alma.

 

angie sol.

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